1) Siéntate cómodamente en el borde de una silla.
2) Gira la cabeza hacia la izquierda varias veces y busca un punto fijo para mirar.
3) Acuérdate de lo que has visto a tu izquierda.
4) Gira la cabeza hacia la derecha una vez suavemente sin forzar y sin tensión en el cuello: ¿Hasta dónde puedes girarla? ¿Tanto como hacia el lado izquierdo?
5) Descansa un momento. Siente la diferencia entre el lado izquierdo y el derecho.
6) Vuelve a la misma posición de sentado. Gira la cabeza hacia el lado izquierdo y quédate allí. Gira a partir de esa posición la cabeza hacia el lado derecho.
Vuelve al centro y otra vez a la izquierda. ¿Qué otras partes de tu cuerpo participan en el movimiento?
7) Descansa. Siente las diferencias entre el lado derecho y el lado izquierdo.
8) Vuelve a la misma posición. Gira la cabeza hacia el lado izquierdo, quédate allí y esta vez gira los hombros hacia la derecha y de vuelta a la izquierda. Repite el movimiento varias veces y observa cómo respiras.
9) Gira la cabeza hacia la izquierda y verifica si esta vez el movimiento es más fácil, si el campo visual es más grande y el punto de mira se ha movido.
10) ¿Cómo te sitúas con relación al primer punto de mira al inicio de la sesión?
11) Gira tu cabeza hacia la derecha y nota si el movimiento es más limitado.
12) Siente tu cuello del lado izquierdo y del lado derecho y compara la sensación entre ambos lados.
13) Haz el otro lado y al acabar disfruta la sensación de relax.